jueves, diciembre 29, 2016

Crítica: La llegada

La llegada es una película de ciencia ficción -basada en un cuento de Ted Chiang- con un argumento tan manido como es la llegada de unas naves alienígenas a nuestro planeta, con las imprevisibles consecuencias que tiene ese primer contacto. Pero la película salva la papeleta de una forma original y brillante. Veamos.

La primera media hora de película tiene una factura muy bella. El director tiene el buen gusto de que nos impresionemos con la simple presencia de la nave, sin florituras como una banda sonora estridente, el científico que se las da de listo, diálogos absurdos o algún gag humorístico donde no toca. Solo la nave. Es lo único en lo que piensas en ese momento. En su momento más álgido nos deleita con una vista cercana del casco de la nave, un momento de silencio absoluto que ronda el minuto.

La llegada no pretende atosigarnos con palabrería insustancial sobre campos antigravitatorios o fenómenos cuánticos. No. En seguida se vuelca en las dificultades que hay para comunicarse con esos seres. Y aquí, de nuevo, se sale del guión habitual. Nada de secuencias de números primos, no. El lenguaje de los extraterrestres es demasiado diferente. No desvelaré más. Y, para subir nota, todo lo que se dice de lingüística es científicamente creíble (vale, la lingüística no es precisamente mi especialidad, así que tome mi palabra con las precauciones debidas).

Conforme se desarrolla la película aparecen más elementos que mantienen la tensión: los problemas de comunicación con las entidades, los nervios de la población, las diferentes potencias que temen que las demás se les estén adelantando en descifrar qué hacen los extraterrestres allí...

Pero esperen que ahora viene lo mejor: el desenlace. Es sencillamente de los mejores que he visto en el cine. Aquí la película hace una maravilla excepcional: el director juega con el espectador de una forma prodigiosa. Y, por si fuera poco, despliega toda una panoplia de acción, tensión, y un final dramático, lleno de connotaciones éticas.

En resumen, una gran película, que encantará a los amantes de la ciencia ficción hard, a los lingüistas, a los que le guste la fotografía y a los del drama lacrimógeno.

LO MEJOR : La cara que se te queda cuando te das cuenta de que el director ha estado jugando contigo toda la película.
LO PEOR : Forest Whitaker, lo siento pero no puedo con él.

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