Crítica: Huérfanos del sueño
Huérfanos del sueño es una novela corta de Andrés Zelada, autor conocido también por su blog de temas legales Así habló Cicerón y del cual ya reseñé las carpetovetónicas y quijotescas aventuras de Pollo en pepitoria. De la edición es esta obra se encarga también Cerbero.
En un futuro se inventan unas máquinas con las que podemos librarnos de la tiranía del sueño. La únia pega es que, para que unos queden liberados, otros deben dormir por ellos. Sin entrar en detalles técnicos de cómo semejante cosa es posible (pues, como se verá, no es el objetivo de la novela), la obra se centra en las consecuencias sociales que acarrea. Obviamente, los que se pueden liberar de la "carga" que supone dormir son los más pudientes mientras que quienes ejecen el Trabajo (1) son los sectores más desfavorecidos.
Un momento ¿he dicho Trabajo? ¿Desde cuándo dormir es un trabajo? ¿Tendrán derecho los dormilones a derechos laborales como salario mínimo, sindicatos, jornadas máximas, etc? El autor juega hábilmente con estas cuestiones, relegando a los dormilones a jornadas de 20 horas al día 6 días a la semana porque, claro, según los tribunales, dormir no es un trabajo. No se esconde el autor a la hora de establecer paralelismos con otros "trabajos" actuales como la gestación subrogada. Pero donde realmente lo borda es cuando desmenuza las consecuencias que el Trabajo tiene en la sociedad. Si unos padres pierden su empleo y se ven en la necesidad de recurrir al Trabajo, desaparecerán de la sociedad la inmensa mayoría del tiempo, no podrán buscar otro empleo por carecer de tiempo y de un horario estándar, sus propios hijos apenas los verán (2), los comercios de la zona cerrarán debido a la imposibilidad de adaptar sus horarios a los de los durmientes. En resumen, el Trabajo destroza familias y barrios enteros ante la indiferencia de las autoridades.
Sin hacer spoilers, la novela se centra en las vivencias de una adolescente que, incapaz de soportar del panorama, huye en busca de una vida mejor. Lo encontrará en forma de una anciana, veterana en mil luchas, que le enseñará cómo alzarse contra el sistema. Esta parte, además de mantener la denuncia social, resulta todo un tour de force de análisis de situación, plan de acción y relaciones de poder que tiene mucho mérito para la brevedad de una novela corta.
Estilísticamente hablando, la novela está bien escrita. Si bien no alcanza la categoría de obra maestra, no hay ningún defecto a reseñar. La narración corre a cargo de la protagonista de la historia (3), una adolescente-joven adulta que imprime a toda la obra un estilo bastante directo y fluido, aunque sin pasarse.
En resumen, Huérfanos del sueño es una novela corta de ciencia ficción con una tremenda carga social y muy bien hilvanada que encantará a quienes busquen novelas reivindicativas. Absténganse personas de mentalidad conservadora.
(1) Escrito así en la noveleta.
(2) De ahí el título, los niños cuyos padres ejercen el Trabajo son "huérfanos del sueño".
(3) No sabemos el nombre de la protagonista, supuestamente porque no quiere desvelar su identidad aunque sospecho que es un recurso del autor para que el lector se identifique más con el personaje.
Etiquetas: crítica, literatura
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