miércoles, diciembre 14, 2016

La cuestión catalana

No suelo hacer posts sobre política pero en este caso haré una excepción.

Este es un post para elucubrar sobre qué sucederá con la cuestión catalana (1).

Perdón pero debo insistir: este no es un post para analizar las causas de la actual situación ni para hablar de si Cataluña (2) debe independizarse o no, tampoco de si tiene derecho a separarse del resto de España, sino sólo de cuál será el futuro del famoso procés.

1 - INTERVENCIÓN MILITAR :  DESCARTABLE Este es -afortunadamente- el escenario más improbable. En él, los tanques entran por la Diagonal (3) para preservar la sagrada unidad de España. Este escenario no es verosímil en la Europa occidental de principios del siglo XXI. Siempre encontrará a algunos exaltados que, amparados por el anonimato de internet, defiendan ideas locas como esta. También es cierto que la crisis ha puesto toda la política patas arriba. Pero, a pesar de todo, la intervención militar sigue siendo -hoy por hoy- una hipótesis inverosímil.
2 - SUSPENSIÓN DE LA AUTONOMÍA : POCO PROBABLE La idea de suspender una autonomía se basa en el artículo 155 de la Constitución. En resumen, el artículo de marras dice Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno [...] podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones... Queda claro pues que el gobierno central puede obligar a Cataluña a acatar la ley (4). Sin embargo, no se especifican cuáles pueden ser esas "medidas necesarias para obligar". Es dudoso que se pueda suspender la autonomía dado que entraría en conflicto con los artículos 2, 143 y 147 (5).  Así pues, es factible que el Gobierno central esté tentado de suspender la autonomía a Cataluña pero sólo como último recurso.
3 - BLOQUEO : PROBABLE A CORTO PLAZO Esta es, de momento, la opción por la que ha optado el Estado. En el fondo, no es más que la aplicación del espíritu del 155 sin tener que recurrir al 155. Cada vez que Cataluña se sale del guión, viene alguien e impugna la decisión en el Constitucional. Como el Gobierno central lo ha venido aplicando con alegría y entusiasmo (el recurso muchas veces está escrito antes de que se presente la medida que se desea recurrir) (6), es probable que siga haciéndolo. El problema es que, conforme va pasando el tiempo, los instigadores del procés saben que, tarde o temprano, van a tener que echar marcha atrás o desobedecer al gobierno central. Es por ello que digo que el bloqueo sólo es una "solución" a corto plazo.
4 - MOVIMIENTO PERPETUO : PROBABLE A CORTO PLAZO En este escenario es complementario al anterior. El gobierno central bloquea las decisiones del gobierno de la Generalitat pero éste, impertérrito, sigue aprobando comissions constituents, grups de treball y un largo etcétera, todos ellos con la vista puesta en la independencia que no va a llegar pero, oye, no hay de qué preocuparse, porque del procés vive mucha gente, toda ella con cargos estupendos. A esto se lo llama jocosamente processisme. El problema, al igual que en el punto anterior, es que, tarde o temprano, la farsa debe terminarse y los independentistas deben decidir si recogen sus esteladas y vuelven a los cauces constitucionales o bien se plantan y desafían al Estado. Así pues, es probable a corto plazo pero no puede prolongarse más allá de unos meses.
5 - RENUNCIA : PROBABLE A MEDIO PLAZO Este escenario está basado en que los independentistas pierden la mayoría en el Parlament o bien si pierden el referéndum por la independencia. No es una idea descabellada, teniendo en cuenta que es posible que, de celebrarse, el referéndum por la independencia terminen siendo unas elecciones constituyentes. Si a eso sumamos que En Comú - Podemos y PSC están intentando crear una gran coalición de izquierdas, las posibilidades de una derrota de los independentistas crecen. No obstante, son muchos los problemas que afronta esta hipótesis: no sabemos si realmente habrá elecciones constituyentes, Podemos ya se llevó un buen chasco en las anteriores elecciones (7), tampoco sabemos si la gran coalición de izquierdas cuajará, ni qué postura adoptará sobre la independencia, ni tampoco si los independentistas perderían. El otro escenario -el de perder un referéndum por la independencia- no es imposible pero, visto que no tienen censo electoral para celebrar el referéndum y que este sería más difícil de ganar que unas elecciones constituyentes, imagino que los independentistas no podrán ni querrán celebrarlo.
6 - REFORMA DE ESPAÑA : IMPROBABLE A CORTO PLAZO, PROBABLE A LARGO PLAZO Muchos medios -y partidos- alegan que la cuestión catalana se debe resolver mediante reformas, posiblemente constitucionales. No obstante, para que eso sea posible, se necesita:

  • Que exista voluntad de realizar reformas. Pregúntenle al PP.
  • Que todo el mundo esté de acuerdo en las reformas a realizar. Va a ser difícil consensuar las posiciones del PP (partidario del status quo), de Cs (partidario de un estado federal pero con menos concesiones a la periferia y donde todos sean iguales), del PSOE (partidario de un estado federal, sin que tengan muy claro a qué se refieren exactamente), de Podemos (partidario de un modelo federal con derecho a autodeterminación o confederal) y de los nacionalistas catalanes, vascos y gallegos (que piden una confederación o disponer de un estado libre asociado).
  • Si la reforma a realizar afecta al Título preliminar, al Capítulo segundo, Sección primera del Título I, o al Título II (vamos, cualquier reforma con enjundia) el procedimiento de reforma requiere 3/5 del Congreso --> 3/5 del Senado --> nuevas elecciones --> 3/5 del Congreso --> 3/5 del Senado --> referéndum.  Obsérvese el paso "nuevas elecciones", que quita las ganas al gobierno de turno. Y luego, ya se sabe, los ciudadanos deben votar a favor en un referéndum.
  • Si la reforma a realizar tiene poca ambición, la puede usted colar por un procedimiento más sencillo (3/5 del Congreso + 3/5 del Senado). Fue así como Frau Merkel nos metió la reforma del 135. El problema es que una reforma con poca ambición difícilmente va a contentar a los independentistas.
Así pues, parece complicado realizar una reforma, aunque algunos dan por sentado que la reforma al final se va a hacer.
Técnicamente la situación mejora si, en lugar de reforma constitucional, se adopta la vía de un proceso constituyente. Como se hace una nueva constitución de cero, no hay que acogerse a los métodos de reforma reflejados en esta. Aunque técnicamente es más fácil, ni PP, ni PSOE, ni Cs están por abrir el melón de un proceso constituyente, lo cual nos deja de nuevo en el punto de partida.

7 - REFERENDUM PACTADO : POCO PROBABLE En este escenario, el Estado permite realizar el referéndum por la independencia. Podría darse el caso, de que, con una Cataluña independiente de facto, el gobierno español trate de "solucionar" el problema ofreciendo un referéndum pactado. Otra opción -también improbable- es que gane Podemos y lo permita (más bien tolere porque, estrictamente hablando, la Constitución no lo permite).
8 - REFERENDUM UNILATERAL EXITOSO : IMPROBABLE Veamos, para que este escenario sea posible es necesario que exista un referéndum exitoso en Cataluña. Eso es dudoso:

  • es probable que no se pueda convocar
  • o que si se convoca no vayan los contrarios a la independencia
  • o que sólo se pueda convocar en forma de elecciones plebiscitarias
  • o que el resultado no despeje dudas, como en el 27-S
  • o que los independentistas pierdan
En cualquiera de estos escenarios, el procés queda en serio entredicho. Incluso si se cumplieran todos los requisitos y fuera un éxito de organización, participación y el resultado fuera claro a favor de la independencia aún queda un gran escollo: ¿cómo forzar al Estado a aceptar la independencia de Cataluña?
La respuesta no es baladí, porque sólo hay dos cosas que la Generalitat pueda hacer:

  • que las autoridades catalanas pasen por encima de las autoridades españolas (8).
  • las autoridades catalanas deciden impagar la deuda española, lo que deja al Estado español al borde de la bancarrota. Para evitarla, a Madrid no le queda otra que sentarse a negociar (9). Todo esto es muy bonito salvo por dos pequeños detalles
    • Negociar amenazando a llevar a tu rival a la bancarrota es posible que cause efectos contraproducentes. Ya conocemos la larga tradición quijotesca española: más vale honra sin barcos que barcos sin honra. Aunque improbable, hay que valorar la posibilidad de que la arruinada Madrid prefiera vetar nuestra entrada en la Unión Europea y ponernos un muro de tres metros en la frontera.
    • Amenazar con impagar la deuda va a sentar muy mal al BCE y a Frau Merkel (10).
Para solventar esos dos pequeños escollos sin importancia, la Generalitat intenta internacionalizar el conflicto. Pero, de nuevo, tienen un serio problema: Cataluña no es la Portugal ni la Holanda del s. XVII, tampoco la Cuba y Filipinas del XIX. En todos esos escenarios los secesionistas encontraron potentes aliados que dieran la cara por ellos. Ahora no existe tal cosa. España está en la OTAN y en la UE, así que es improbable que -más allá de las lógicas simpatías que puede despertar un proceso democrático- ningún gran país dé la cara por Cataluña. Algunos -como Francia- van a hacer lo imposible por evitar la independencia de Cataluña y otros -como Gran Bretaña- están en una posición delicada en la que más les vale no amenazar demasiado al gobierno español. Algún iluminado apuesta por buscar alianzas con Rusia o China. Más allá de lo paradójico que resulta hablar de un proceso democrático con Rusia y China como aliadas, no hace falta decir lo que haría EE.UU. en caso de que a China se le ocurriera instalar una base de submarinos en Cataluña.

REFLEXIONES FINALES : ¿Y al final qué pasará? Pues no lo sé. Y creo que, sinceramente, entre todos nos hemos metido en un embrollo de difícil solución satisfactoria para todos. De momento parece que el procés sigue adelante, al menos hasta junio del 2017. A partir de allí las autoridades catalanas deberán decidir si prefieren echarse atrás o desobedecer abiertamente. Lo que suceda a continuación es toda una incógnita pero, como he comentado alguna vez en privado, ninguna "solución" es satisfactoria para una mayoría de españoles y catalanes, lo cual nos aboca a un conflicto sin solución a la vista.



(1) Me niego a hacer epítetos tendenciosos como problema, reto, desafío o subtítulos naifs como Catalunya vol viure en llibertat. Procés me parece más adecuado, claro que cuando alguien habla de un proceso ya está presuponiendo que el proceso está yendo a alguna parte.
(2) Para bien y para mal, escribo este blog en castellano y en este idioma Cataluña se escribe con Ñ. Ruego acepten mis disculpas si esto ofende a alguien, pero sólo intento ser ortográficamente correcto. Cuando escribo en catalán, claro está, escribo Catalunya.
(3) Siempre y cuando estén matriculados antes del 2006. Yo de ellos no vendría, que entre peajes y aparcamiento está la cosa muy mal.
(4) Lo puede intentar, más bien. Que funcione o no ya es otra historia.
(5) Como mínimo esos. Tal vez sean más pero no soy jurista y hace tiempo que no me leo la Constitución de cabo a rabo, leñe. Tampoco me pregunten si los violan mucho, poco o según por dónde sople el viento.
(6) A Douglas Adams le encantaría.
(7) A esto se suma que en Cataluña se tiene la mala costumbre de identificar españolismo con derechas y catalanismo con izquierdas. Esto produce que, irónicamente, apenas exista gente que se autocalifique como de derechas (CiU ha gobernado 29 años y el PSC 7 pero no se apuren, que somos de izquierdas) mientras que Cs sea etiquetado como de derechas. Es por ello que, si se crea esa gran coalición de izquierdas, me temo que se van a llevar otro batacazo cuando ese electorado "de izquierdas" vote a la antigua Convergència.
(8) Si quieren una ilustración de cómo irá la cosa: los Mossos d'Esquadra se plantan en el aeropuerto y le dicen a la Guardia Civil que ya se puede ir. Siéntense en el sofá, cojan un bol de palomitas y hagan sus apuestas.
(9) Esto lo defiende, por ejemplo, ni más ni menos que Xavier Sala i Martín, catedrático de economía en la Universidad de Columbia y economista "de bandera" del procés.
(10) Sí, la misma que forzó la reforma constitucional. Es que en Cataluña no nos gustan los rivales pequeños.


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