lunes, julio 16, 2007

Máquinas de matar

Ahí va la primera página del cuento (tiene un total de 4). Aviso que no es apto para personas sensibles...


Soy una máquina de matar, modelo Lucifer XXVI para ser más exacta. Aunque tengo dos brazos descuartizadores y tres rifles semiautomáticos, mi principal baza son los cuatro depósitos de armas químicas que ocupan la mayor parte de mi cuerpo. Es por eso que entre nosotras nos llamamos gaseadoras.

Suena la alarma y sé que nos debemos preparar de nuevo para la acción. No hacemos preguntas, nos han diseñado para obedecer y punto. Parece que va a ser una batalla de las gordas porque los humanos han pedido nuestra intervención inmediata. Nada menos que sesenta brigadas de gaseadoras y un número aún mayor de Panzers nos dirigimos hacia el transporte. En cambio, mis compañeras Hiroshimas emiten un suspiro electrónico de decepción cuando se dan cuenta que en esta ocasión se quedarán en casa. En fin, Hiroshimas, otra vez será.

Compruebo que todo esté en orden: los dispositivos listos, los generadores eléctricos listos y las cananas de munición a rebosar. Camino hacia el transporte de tropas se prepara para introducirnos en el campo de batalla. Es un cilindro largo, que nos infiltrará en el corazón de las fuerzas enemigas y nos liberará súbitamente.
Recibimos una transmisión de Inteligencia, que nos inunda con datos sobre el enemigo al que debemos enfrentarnos, la disposición de sus fuerzas, la estrategia a seguir y los puntos que debemos proteger a toda costa. Doy un respingo electrónico de alegría cuando me entero que vamos a enfrentarnos a los peludos. No es que tenga nada en contra de luchar contra los enanos o los cangrejos, sólo es que los peludos se me dan bastante bien.

Las órdenes son las mismas de siempre. No hace falta que nos las repitan: exterminar completamente al enemigo, del primer al último individuo. Aquí no se hacen prisioneros a menos que los requiera el Departamento de Investigación, y en tal caso ya sabemos para qué los quieren. Pero me jode que, como siempre, sólo vayamos al contraataque. A veces me pregunto por qué los humanos no se toman las cosas en serio y atacan en vez de limitarse a defenderse, pero yo no soy quien da las órdenes, al fin y al cabo sólo soy una máquina.

Compruebo el estado de la cámara de televisión que llevo incorporada. La WHO insiste en que todas las unidades de máquinas de matar tengan su propio equipo de grabación de imágenes. No es más que estúpida propaganda, pero necesaria al fin y al cabo. Todas recordamos el tremendo daño que causaron las imágenes que difundieron los naturistas. Hatajo de estúpidos, quisieron humanizar a nuestros enemigos. Iniciaron campañas por televisión en las que mostraban familias de bichos, con su papá, su mamá y sus hijos e intentaron hacer creer a los espectadores que se trataba de criaturillas angelicales, incapaces de todo mal. A algunos humanos parece molestarles ver cómo nuestros enemigos mueren abiertos de cuajo o se muestran horrorizados al ver su lenta agonía frente al veneno radiactivo.

Malditos imbéciles, yo he estado allí y sé cómo son. No merecen respeto. No son más que unos bichos asquerosos, desde el primero hasta el último. Lo mejor que se puede hacer es matarlos a todos. Porque no dudo que esta guerra, que llevamos siglos luchando, la vamos a ganar.

Si fuera por mí prohibiría a los naturistas que siguieran divulgando sus tonterías. Deberían meterlos a todos en la cárcel por poner en peligro la seguridad de la humanidad. Nuestro enemigo es implacable y estos corpúsculos de flowerpowers son el punto débil de nuestra línea de defensa. Y lo peor no es que mueran algunos estúpidos naturistas, no, sino que la invasión se puede extender hasta la gente responsable. Eso fue lo que pasó en Alpha Centauri, cuando una invasión de enanos cogió por sorpresa a la colonia humana de allí. Lo que podría haber sido una situación perfectamente controlable se convirtió en una masacre porque los naturistas no quisieron que nosotras, las máquinas de matar, hiciéramos nuestro trabajo.


Próximo post: Humor (II)

2 Comments:

At 4:20 p. m., Anonymous Anónimo said...

Eh, eh! ¿Cómo conseguimos las 3 restantes? ;)

Adam

 
At 11:42 p. m., Blogger Pedro said...

Pues no sé, con el genio que tiene la maquinita esta no me atrevo a preguntarle XD

 

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