miércoles, noviembre 15, 2023

Crítica: The Creator

The Creator es una película de ciencia ficción dirigida por Gareth Edwards, el mismo que pergeñó la destacable Rogue One.

La sinopsis de la película no es ningún misterio para todo el que haya visto el trailer. Año 2065, una IA detona una bomba nuclear en Los Ángeles. Como represalia, el gobierno de los Estados Unidos ilegaliza las IAs y les declara la guerra estén donde estén (1). El protagonista de la historia, Joshua Taylor (John David Washington) se infiltra en un grupo que apoya a las IAs pero se enamora de una de sus líderes. Antes de que Joshua culmine su misión, los yankis de gatillo fácil arrasan el campamento rebelde y, con él, el gran amor de Joshua. Años después, Joshua se embarca en una nueva misión: debe neutralizar una superarma de las IAs antes de que esté operativa. No obstante, para sorpresa de todos, la superarma tiene la apariencia de una niña de 6 años. Y hasta aquí podemos leer.


La trama es sencilla y no depara grandes sorpresas. Hacia el minuto 15 uno puede hacer un esquema de cómo acabará la película y no fallará. No obstante, esa aparente falta de originalidad constituye, paradójicamente, uno de sus grandes aciertos. En lugar de tratar de impresionar al espectador con inesperadas revelaciones, la película se desliza con placidez hacia su inevitable final. No se deje engañar por su aparente sencillez: The Creator tiene múltiples resortes que tocar y, frente a otras películas de guiones perezosos, no duda en emplearlos todos. En consecuencia, cuando uno llega a ese esperado final, por mucho que lo ve venir, es inevitable emocionarse. Si, a media proyección, cree usted que la película le está gustando, espere a ver cómo acaba.

Al igual que Rogue One, se trata de una cinta con una marcada acción. Abundan las escenas de lucha, persecuciones, explosiones o, simplemente, tensión. En este aspecto, se trata de una película soberbia, de acción continuada pero contenida, que logra mantener enganchado al espectador en su asiento sin caer en absurdas orgías de tiroteos y explosiones. Como contrapartida, este ritmo trepidante de The Creator no deja margen para plantear cuestiones filosóficas, éticas o a diálogos contenidos o de doble sentido. Así pues, no se espere una escenita a lo Blade Runner o Juego de Tronos (las temporadas buenas, quiero decir), es una película donde los buenos son muy buenos y los malos son bastante cortos de mente. A pesar de eso, entre tiroteo y tiroteo, la película deja entrever numerosos temas, como la armonía entre IAs y humanos que existe en la Unión Asiática o las IAs tomando oficios que nunca imaginarías como agricultores o monjes busitas. Resulta, sin llegar a decirlo, un cántico a favor de la libertad y la diversidad.

Las actuaciones son bastante buenas. Destacan la de John David Washington (que hasta esta película no me había gustado nada, pero que en esta despliega un amplio abanico de expresiones), la de Madeleine Yuna Voyles (la niña coprotagonista del filme, que interpreta a Alphie y a la que comerías en más de una ocasión) y el siempre solvente Ken Watanabe. Las relaciones entre ellos están logradas, en especial las motivaciones, que son las que impulsan la historia, si bien existe una transición demasiado brusca en la relación entre Joshua y Alphie.

La fotografía es espectacular, aprovechando al máximo los exteriores y con unos efectos especiales que nada tienen que envidiar a producciones más grandes. Combina urbes de grandes figuras geométricas, próximas al brutalismo, con ambientes campesinos sacados de mediados del siglo XX. Resulta una factura bella y fresca, si bien no termina de quitar el aliento. Por su parte, los androides le deben mucho a la estética desarrollada por Neill Blomkamp en todas sus películas.

La banda sonora corre a cargo del Hans Zimmer, un peso pesado en la industria del cine, con dos Óscars y 10 nominaciones. Destacan los toques asiáticos de buena parte de los temas. ¿Buena? Sí, mucho. El filme le debe buena parte de su emotividad. Por desgracia, superpuesta a la acción se incluyen a veces canciones pop/rock que que resultan un inadecuado contrapunto.

En resumen, The Creator es una solvente película de ciencia ficción, acción excelente, buena fotografía y actuaciones memorables. La única pega es que le falta profundidad para alcanzar la categoría de obra maestra.

 

(1) Se puede entender la película como una velada crítica a la política exterior estadounidense.



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