El coste de la electricidad
En cuanto hay un debate sobre la energía (eléctrica) inmediatamente salta la pregunta de cuánto cuál es la forma de generar electricidad más barata (y más cara). Y la respuesta real, lejos de proclamas y bravatas es que... Depende. ¿Por qué? Pues sencillamente porque la respuesta depende de múltiples variables y gran parte de ellas se fijan de forma subjetiva. Echemos un vistazo:
- COSTE DE CONSTRUCCIÓN: Es lo que se conoce en inglés como overnight cost, es decir lo que costaría construir la estación eléctrica sin intereses (como si esta se hiciera de la noche al día). Generalmente se mide en €/W instalado. Si se mide con este criterio las claras perdedoras son las nucleares, que no bajan de 2€/W.
- COSTE DE MANTENIMIENTO: Es lo que cuesta tener la central eléctrica allí, independientemente de si produce o no. Es especialmente importante para las centrales pico, que generan electricidad sólo cuando la demanda es muy alta.
- COSTE DE OPERACIÓN: Es lo que cuesta realmente producir la electricidad. En el caso de las renovables el coste de operación es difícil de distinguir del de mantenimiento ya que no gastan combustible. En el caso de las nucleares y el carbón el coste de operación es bajo. Para el gas natural es bastante elevado y en el caso de usar gasoil el coste es disparatado.
- TIPOS DE INTERÉS: Esta es una variable que no se suele tener en cuenta o, cuando se hace, no se suele decir con qué criterio se ha aplicado. Los tipos de interés altos benefician a las fuente energéticas con bajo coste de construcción (aunque tengan costes de operación altos): gas natural y petróleo. Los tipos bajos benefican a las fuentes energéticas con bajo coste de operación (aunque tengan costes de construcción elevados): nuclear y renovables.
- PLAZO DE AMORTIZACIÓN: Es el periodo, pasado el cual, uno realiza la comparación entre fuentes de energía. Evidentemente no se puede poner un plazo de amortización superior al periodo de duración estimado de la central eléctrica. En este sentido las renovables salen perdiendo, ya que los generadores eólicos tienen una vida prevista de sólo 20 años, mientras que los paneles solares la suelen tener de sólo 20-40 años. Periodos largos favorecen a las renovables y la nuclear frente a los combustibles fósiles.
- PLAZO DE CONSTRUCCIÓN: No parece en sí una variable, pero lo es si se tienen en cuenta los tipos de interés. Los plazos de construcción largos se convierten en una losa cuando los tipos de interés son altos. En este aspecto la nuclear es la que suele incurrir en mayores plazos.
- FACTOR DE CARGA: El factor de carga es el cociente entre la energía producida y la energía máxima que puede producir. La importancia del factor de carga reside en que hay que tenerlo en cuenta para saber cuánta energía se producirá en realidad (menor que la instalada). Las que salen aquí ganando son las nucleares (la media mundial es del 80%), mientras que las solares y las eólicas, con suerte, llegan al 30%.
- (IM)PREDECIBILIDAD: De poca cosa sirve tener una potencia instalada si luego resulta que no genera cuando se requiere. Este es precisamente el Talón de Aquiles de la eólica y la solar, por lo que se tienen que complementar con otras fuentes (típicamente gas natural). En el caso de la solar se están haciendo interesantes progresos en la solar termoeléctrica. Con eso y el uso de baterías es posible abastecer una red eléctrica sólo con renovables, pero a fecha de hoy es una opción cara.
- EXTERNALIZACIÓN DE COSTES: Se alega que los daños medioambientales no están cuantificados en la factura y que, por lo tanto, lo justo es computarlos en los costes. El problema es que es extremadamente difícil de cuantificar, puesto que cada tipo de energía tiene características muy diferentes y se suele ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Al carbón se le reprocha su elevada producción de CO2, de SO2 y de hollín. A la nuclear, los residuos nucleares. A las renovables la gran cantidad de espacio que ocupan...
- BASE VS. PICO: No es lo mismo generar energía base (24 horas al día 365 días al año) que pico (unas pocas horas al día). A las bases se les solicita que los costes de operación sean muy bajos (carbón, nuclear) mientras que a las picos se les solicita que sean capaces de reaccionar a rápidas subidas de demanda (gas natural, petróleo). Las renovables, por su impredictibilidad, no entran en ninguna de las dos categorías.
- RENTABILIDAD: Argumento de poco peso cuando se trata de valorar los costes. El motivo es que hay fuentes de energía que gozan de subvenciones y primas, lo cual hace que no sea necesariamente lo más barato lo que se construye sino lo que consigue más subvención o se vende más caro.
- (IN)COMPATIBILIDAD: A la hora de establecer una política energética es necesario tener en cuenta que promover un tipo de generación puede conllevar la disminución de otro (suele pasar entre dos bases excluyentes como nuclear y carbón) o bien el aumento de otro (habitual con renovables y gas natural).
- TAMAÑO: Hay que tener un poco de sentido común con lo que se pretende montar. Una ley no escrita dice que no es sensato tener una estación eléctrica que genere más de la sexta parte de toda la red. El motivo: el día que tienes que parar por mantenimiento o por avería tienes un problema. A pesar de esto algunos (no muy bien informados) anhelan construir nuevas estaciones que generen casi el 100% de las necesidades de su país...
- MODULARIDAD: Sin duda esta es una de las principales ventajas de las renovables. El dinero disponible, ya sea mucho o poco, siempre permite generar una cierta cantidad de electricidad.
- COSTE DE TRANSMISIÓN: La electricidad hay que hacerla llegar del productor al consumidor. Las renovables, dispersas por todo el territorio e impredecibles, tienen costes de transmisión más elevados que el resto.
- INDEPENDENCIA ENERGÉTICA: Argumento habitual en estos debates. En realidad convertirse en un país completamente independiente energéticamente no es lo más sensato ya que, si bien te protege de las subidas de precios del exterior, también evitará que te lleguen las bajadas de precio del exterior. En cambio, buscar fuentes de energía que estén fuera del alcance de los dictadores de turno sí que entra dentro de lo deseable.
- HIDROELÉCTRICA: Si bien es renovable no se suele recibir ese calificativo. Si la he puesto a parte es por el obvio motivo de que depende mucho del clima y orografía del país. En general, es una de las más baratas, sobretodo si se tiene en cuenta que las presas pueden resistir cien años o más.
- PUESTOS DE TRABAJO: Argumento bastante engañoso, aunque es deseable que una fuente energética genere la mayor parte de puestos de trabajo posible no olvidemos que cuantos más puestos de trabajo se generen más cara va a resultar.
- OTRAS RENOVABLES: Como la maremotriz, la biomasa o la geotérmica, mucho más fiables, no las he mencionado por tener hoy por hoy presencia marginal.
- PERSPECTIVAS DE FUTURO: Es lógico apostar por algo que en el futuro sea más rentable, aunque hoy salga más caro. Las renovables vienen jugando con ese factor desde el principio.
- APUESTA NACIONAL: Los gobiernos habitualmente apuestan por el tipo de energía en el que sobresalen, así pueden exportar la tecnología y crear puestos de trabajo en su país. Incluso aunque la apuesta sea cara hay que valorar la posibilidad de que la exportación lo haga rentable para el conjunto de la nación.
Etiquetas: energía
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