miércoles, noviembre 29, 2023

Crítica: Consecuencias naturales

Consecuencias naturales es una novela de Elia Barceló, reputada escritora en general y de género en particular. Esta es su segunda novela (ya reseñé la primera, Sagrada), publicada en 1994. Memorice este dato: 1994, porque tendrá su importancia en el resto de la reseña. La novela la publicó originalmente Miraguano y la editorial Crononauta ha tenido recientemente el buen gusto de reeditarla.

La historia comienza cuando una nave de combate terrestre se topa con un buque xhroll que pide ayuda para efectuar unas reparaciones. Para los humanos es su primer contacto con alienígenas y deciden ayudar. La tripulación terrestre ha alcanzado un aceptable grado de igualdad entre hombres y mujeres pero hay una oveja negra: el teniente Nicodemo Andrade, un ejemplar de macho machote que mide su masculinidad por el número de mujeres con las que se ha acostado. En cuanto ve una hembra xhroll, el teniente Andrade solo piensa en acostarse con la fermosa jamelga para poder añadirla a su lista de conquistas y convertirsse así en una celebridad y la envidia de sus compañeros. No obstante, el plan del teniente Andrade no sale exactamente como preveía porque, a pesar de las apariencias, la hembra xhroll no es en realidad una hembra, sino un macho y, por descuidar deliberadamente las medidas profilácticas, el teniente Andrade se queda embarazado.


Completan el elenco protagonista la teniente Charlie Fonseca, encargada de acompañar al testosterónico teniente Andrade a Xhroll y Ankkhaia, la compañera (¿o compañero?) sexual de Andrade. Charlie resulta el contrapunto de Andrade: reflexiva, inteligente y mirando siempre por el bien común aunque le repatee la situación. En cierto modo, Charlie es la encarnación de todas las mujeres que han tenido que aguantar según qué individuos. Por su parte, Ankkhaia, el principal personaje de los xhroll, resulta un interesante ejemplar de alienígena muy alienígena: extremadamente racional y cuya única preocupación es el futuro de su especie.

Como puede imaginarse, la situación da para provocar más de una sonrisa y la autora es especialmente hábil a la hora de generar situaciones hilarantes. Así, por ejemplo, cuando la "hembra" xhroll le pregunta si dispone de métodos anticonceptivos, el teniente Andrade le dice que sí y se toma una aspirina. Luego, cuando se queja de que la "hembra" no le había advertido del riesgo de embarazo, él mismo queda en ridículo puesto que ha sido él quien la ha intentado engañar a "ella". Por otro lado, los xhroll son directos, no conocen las convoluciones del lenguaje humano, hasta extremos cómicos. Para rematarlo, el teniente Andrade, que arranca la novela haciendo alarde de gallardía, en cuanto descubre que está embarazado no hace más que gimotear en unos arranques de patética heroicidad que resultan vergonzosamente humorísticos.

¿Hay más? Sí, mucho más. Lo que he desvelado solo cubre el primer cuarto de la novela. A partir de entonces se desenvuelve una trama políticosocial muy bien tejida en la que el misterio, la lealtad, la amistad y el sentido de la maravilla se combinan de forma natural y efectiva.

Resultan destacables los diálogos entre la soldadesca, frescos, directos y repletos de lenguaje coloquial. Lo demás es de una bella simplicidad, de esas que permiten deslizar las páginas sin esfuerzo pero que, al mismo tiempo, revelan un dominio del lenguaje al alcance de pocos. 

Es difícil explicar cuántas ideas hay plasmadas en la relativamente breve extensión de esta novela. He intentado hacer una breve lista (y recuérdese que se publicó originalmente en 1994):

  • Uso de lenguaje inclusivo
  • El derecho a disponer de tu propio cuerpo cuando se está gestando una nueva vida en él
  • Determinar si todos los miembros de una especie deben tener los mismos derechos y obligaciones o se puede diferenciar según su sexo
  • No asumir el sexo/género de una persona por su apariencia
  • Cuestionar si el sexo debe asignarse al nacer
  • Plantear el beneficio de la comunidad frente a los derechos individuales
No cabe duda de qué partido toma la autora en la novela si bien, en términos generales, se cuida bien de no resultar demasiado explícita y deja que sea la propia situación la que hable por sí sola. La única excepción a esta regla es la teniente Fonseca que, en alguna ocasión, reprende al teniente Andrade no solo por su inmaduro comportamiento sino como representante en general del sexo masculino.

En resumen, Consecuencias naturales es una excelente novela de ciencia ficción, estilísticamente notable, con una trama muy bien desarrollada, a ratos hilarante y múltiples dobles lecturas que harán las delicias de los amantes del género.

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