jueves, mayo 28, 2020

Crítica: The Witcher

The Witcher es una serie de fantasía de Netflix ambientada en la celebrada saga de Geralt de Rivia creada por Andrzej Sapkowski. Se trata de una serie de gran presupuesto, aunque -si hacemos la inevitable comparación con Game of Thrones- en ocasiones se nota cierta preferencia del CGI sobre los exteriores para ahorrar costes.

The Witcher es una serie fantasía oscura, en la que abundan los personajes de moralidad dudosa, magia "clásica" y seres fantásticos.

Estáticamente, la serie es buena, aunque carente de originalidad. Se notan demasiado las influencias de El Señor de los Anillos y Game of Thrones. El único aporte diferente es, en ocasiones, una excesivo apego a las escenas que rayan lo gore (resulta un tanto absurda la manía de los personajes de ir por ahí sin limpiarse). Las partes de acción son de lo mejor que se puede destacar de esta serie.

Los personajes no son el punto fuerte de la serie. El protagonista, Geralt, interpretado contenida y magistralmente por Henry Cavill, es un brujo huraño cuya única preocupación es matar monstruos y que le dejen en paz. El resto de personajes, sin embargo, no tienen tanta suerte en el trato. No están mal, e incluso alguno como Jaskier y Cirilla tienen una evolución interesante. Pero hay algunos casos que no pasan del estereotipo. Especialmente desastroso resulta el personaje de Yennefer cuya historia, para mí, es la más interesante de la serie pero que, en lugar de evolucionar, se desarrolla a trompicones.

El aspecto más negativo de la serie es, sin duda, la pésima fórmula escogida para narrarla. En lugar de explicarla de forma lineal (la opción fácil y sin riesgos), se optó por explicar los hechos de forma no lineal. Esto, que bien hecho resulta una genialidad, hace que el final épico de esta primera temporada termine de forma bastante chapucera, con unas sorpresas finales que no son necesarias, no convencen y, peor aún, suman al espectador en una desagradable confusión justo en el momento del épico final.

En resumen, una buena serie, que gustará a los amantes de la fantasía oscura y clásica, con una ambientación notable y una interpretación magistral de Henry Cavill. Por contra, le falta cierto desarrollo a los personajes y la forma de narrar la historia resulta un fiasco que se revela especialmente en su último episodio.

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