jueves, octubre 01, 2020

Crítica: El largo viaje a un pequeño planeta iracundo

El largo viaje a un pequeño planeta iracundo es la primera novela de Becky Chambers. La obra, que inicialmente fue autopublicada, se convirtió en un éxito al instante y fue nominada al Premio Hugo a la mejor novela.


Se trata de una space opera que se desarrolla en el seno de una Confederación Galáctica multicultural, en la que las especies conviven en relativa armonía y los humanos ocupan un papel menor. La protagonista, Rosemary Harper, es una especialista en relaciones alienígenas y, huyendo de su pasado familiar, consigue trabajo en la Peregrina, una nave tuneladora. Al capitán de la nave le ofrecen el contrato de su vida: ir a tunelar al centro galáctico, donde una peligrosa y desconocida especie acaba de unirse a la CG.

Durante el viaje se nos presentan en profundidad todos los tripulantes de la Peregrina. Todos, sin excepción, son unos inadaptados que han optado por una vida errante en lugar de vivir entre los suyos. La nave se convierte, pues, es su familia y este es el principal mensaje subyacente de la obra: es un optimista canto a la diversidad. No faltan interacciones entre humanos (cada cual con su pasado), entre especies diferentes, entre entidades orgánicas e IAs y dilemas morales con seres infectados que, por motivos religiosos, no quieren ser curados. ¡Ah! Y no faltan relaciones sexuales, hum, poco ortodoxas. Se puede decir por tanto que es una novela de personajes, pues todos y cada uno gozan de su momento estelar, su arco argumental y varios de ellos evolucionan a lo largo de la obra.


Aunque el worldbuilding es muy interesante y los personajes son entrañables, la obra presenta algunas carencias. El estilo, sin ser malo, no es destacable. Resulta rápida de leer, eso sí. Buena parte de la novela se desarrolla mediante diálogos con los que se desvela la complejidad de la sociedad de la CG. Esa estrategia comete el pecado de contar, en lugar de mostrar. Por otro lado, el interesantísimo planteamiento (ir a tunelar a una zona de conflicto bélico) se pierde de vista en buena parte de la obra, con tramas secundarias que no vienen a cuento.

En resumen, una opera prima interesante, en el que destaca un worldbuilding fresco y una reivindicación de los inadaptados. Por contra, quienes busquen obra de alta calidad literaria o tengan mentalidad conservadora pueden sentirse decepcionados.