lunes, julio 29, 2019

Crítica: Carbono alterado

Carbono alterado es un thriller de rápido ritmo en el que un ex agente militar recibe el encargo de  investigar un supuesto asesinato. En una trama de ciencia ficción bastante habitual, la persona asesinada es la que pide investigarla. Y aquí es donde la novela prospera con la acción. Demasiada, para mi gusto. Sangre, peleas y tiroteos llenan las páginas sin cesar y, de forma no muy sorprendente, nuestro héroe sale victorioso.

La novela desarrolla bastantes ideas notables, comenzando por la forma en que la sociedad habita en un entorno donde existe la inmortalidad pero es muy costoso tener un nuevo cuerpo. Por lo tanto, la mayoría de los ciudadanos deben conformarse con vivir hasta la vejez y solo entonces comprar un nuevo cuerpo. Otros deben conformarse con cuerpos de segunda mano para resucitar. Solo una minoría seleccionada ha asegurado la inmortalidad (una reserva de cuerpos múltiples que esperan la resurrección). Finalmente, algunos zelotes religiosos prefieren no resucitar; esta preferencia tiene un resultado inesperado, ya que las personas que no resucitan son propensas a ser víctimas de asesinato (si no van a resucitar, no pueden testificar contra su asesino).

El final es notablemente bueno, responde todas las preguntas que ha surgido la trama compleja. Sin embargo, las acciones de los personajes son demasiado artificiales; todos parecen enfocados en servir al héroe, no en sus propios intereses.

Si no hubiera sido por la acción sin fin, habría dicho que el estilo es bastante bueno. Lo mejor, sin duda, son los diálogos, que son agudos y sutiles y merecen elogio.

En resumen, carbono alterado es un buen thriller con ideas interesantes y diálogos elegantes. Sin embargo, no esperes personajes profundos, ni calma entre disparos.

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