Ciudad permutación es una novela de ciencia ficción del australiano Greg Egan. La obra ganó el Premio John W. Campbell Memorial de 1995 y es un claro exponente de ciencia ficción dura y cyberpunk.
La novela se ambienta en un futuro en el que la computación ha alcanzado unas cotas tan elevadas que es posible recrear un mundo entero de forma realista y la conciencia humana se puede volcar en un ordenador. En un universo simulado (llamado "Autoverso") se crea un mundo artificial para aquellos que lo deseen (cómo no, millonarios) llamado "Eliseo".
Pero Egan va mucho más allá. Por ejemplo, desarrolla lo que él denomina Teoría del Polvo, que viene a decir que no es necesario que dos sucesos estén seguidos en el tiempo para que uno sea consecuencia del otro (para entendernos, es lo que sucede en la película Memento). Lo único que es necesario es que el conjunto sea consistente con sus propias reglas. Llevado el argumento al extremo, Egan nos dice que quién somos nosotros para creer nuestro mundo es real y el otro el simulado. Toma ya.
El autor nos desgrana los problemas y consecuencias de vivir en un mundo virtual. Con gran imaginación, nos presenta el dilema entre querer vivir una simulación lo más fiel posible a la realidad (¿querría vivir en un mundo simulado con atascos de tráfico?) o vivir en un mundo que no respete las leyes de la ciencia (¿qué hay de malo en coger el mismo ascensor para ir a la playa, al apartamento y al trabajo?). Por otro lado, las clases sociales siguen existiendo en el Autoverso: los menos pudientes se pueden ver obligados a ralentizar su simulación o incluso a detenerla por completo. Eso provoca que los pobres se pierdan buena parte de las novedades e interacciones sociales. No faltan tampoco las ideas filosófico-religiosas, como un movimiento llamado Nación Solipsista o la Religión del Dios que no importa. En el Autoverso se genera una civilización indígena que termina llegando a la conclusión (spoiler alert) de que su universo no fue creado sino que evolucionó de forma natural. Todas ellas ideas brillantes, pero el derroche de las mismas termina emborrachando, el autor salta de un concepto a otro sin parar y sin terminar de asentarlos ni permitir que tomen las riendas de la historia.
Buena parte del peso de la obra lo lleva la ciencia. El autor dedica páginas y páginas a explicar la bioquímica del Autoverso, su tamaño y cuál es la cosmología del mismo. Si bien estas consideraciones son científicamente sólidas y dan que pensar, el protagonismo de la ciencia en la obra termina por entorpecer la narración. Alguna de las ideas que el autor expone con tanto detalle resultan difícilmente digeribles (confieso que me leí dos veces la explicación de cómo es posible que el Autoverso sea infinitamente grande y no la terminé de entender).
En cuanto al estilo de la obra, no se puede decir nada en contra. No obstante, sumidos en un continuo tour de force de ideas, el lector no tiene la oportunidad de apreciarlo.
En resumen, Ciudad permutación es una interesante novela hard y cyberpunk repleta de muchas y buenas ideas y en la que la ciencia no solo crea el ambiente sino que, durante páginas enteras, tiene un papel protagonista. No obstante, esa exuberancia imaginatica se ve desaprovechada por una narración empeñada en desarrollar nuevos tecnicismos en lugar de desarrollar los conceptos ya existentes. Si, en cambio, usted concibe la ciencia ficción como literatura de ideas, se trata de una obra que no debe perderse.
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