miércoles, octubre 14, 2020

Crítica: Devs

Devs es una serie de ciencia ficción ambientada en el departamento de I+D (Developments) de Amaya, una gran empresa del sector informático de Silicon Valley.

Lo mejor es que no sepan muy bien el argumento de la serie. Basta decir que la protagonista, Lily Chan, es una programadora que trabaja en Amaya. Su novio, Sergei Pavlov, presenta al CEO de Amaya (Forest) un software que es capaz de predecir el comportamiento exacto de un gusano durante unos breves segundos. Impresionado, Forest invita a Sergei a unirse al departamento de Devs. Sergei comienza a trabajar en Devs, mira lo que está desarrollando el departamento y... Queda horrorizado ante lo que descubre. Y hasta aquí, aproximadamente el minuto 30 del primer capítulo, podemos decir.


Se trata de una serie contenida, de pocos personajes pero bien definidos. Esto permite que las actuaciones sean destacables. No abundan las escenas de acción y el ritmo suele ser pausado, comenzando por la introducción, que puede dedicar uno o dos minutos a contemplar el paisaje. La serie es excepcional en cómo gestiona el ritmo narrativo, con unos cliffhangers a cada final de capítulo que dejarán con la boca abierta. La banda sonora resulta todo un contrapunto de las escenas de acción y buena parte de la música, arrítmica, causa un efecto entre desconcertante e hipnotizador.

Abundan las segundas lecturas, con los empresarios de Silicon Valley retratados con una fachada amistosa tras la que se esconde un monstruo egocéntrico. Se expone también la controvertida relación entre las empresas de software y los gobiernos (aunque podrían haberlo explotado más). Pero si hay algo que destaque es la profusión de elementos de ciencia y filosofía una vez la serie se adentra en zonas cada vez más profundas. Así, la mecánica cuántica, el libre albedrío o la religión juegan un papel fundamental en la serie.

En resumen, Devs es una excelente serie de ciencia ficción, aunque su ritmo pausado y la profusión de elementos de ciencia y filosofía la hacen solo apta para los muy cafeteros.



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lunes, octubre 05, 2020

Crítica: Visiones 2019

Como cada año, la Asociación Española de Ciencia Ficción Fantasía y Terror (AEFCFT o, para los bromistas, la Aserejé) ha publicado la antología Visiones 2019, encaminada a descubrir nuevos talentos dentro del mundo fantástico de habla hispana. Los encargados de elaborar esta selección fueron Manuel Berlanga y Manuel Gris (a.k.a. "Los Manolos") y la temática escogida fue "Asesinato en la Hispacon", en un doble homenaje a la novela Asesinato en la convención de Isaac Asimov y la Hispacon (convención organizada por la propia AEFCFT).

Lo primero a destacar es que, tal vez debido a lo específico del tema, se han presentado menos originales que otros años. Esta es probablemente también una de las causas de que el conjunto de relatos sea más homogéneo, sin los alardes de originalidad que tuvieron otros Visiones.

No obstante, esta homogeneidad no se hubiera logrado sin el buen hacer de los seleccionadores, que han logrado un conjunto compacto, en donde ha prima la calidad literaria por encima de otras cuestiones. Si, en otros Visiones, podían encontrarse cuentos de gran variedad temática, uno excelentes y otros, por decirlo suavemente, no tanto, en este Visiones el conjunto es mucho más homogéneo. 

Al tratar la Hispacon, posibilita que personajes conocidos dentro del mundillo (incluidos los propios seleccionadores) terminen formando parte de algún cuento. Así que si usted forma parte del fandom, échele un vistazo a ver si está usted en la lista de los asesinados.

Salvo dos cuentos me han gustado todos los que conforman este Visiones 2020, pero destaco especialmente (no cometeré la desfachatez de incluir el mío en la lista):

  •  «Muerta se está mucho mejor», de Begoña Pérez Ruíz Una historia llena de ironía sobre las miserias del fandom español, lástima que el final no termine de estar a la altura.
  •  «El poeta de hierro», de Amparo Montejano Una anciana convive con un tosco androide que, sin embargo, posee un notable talento literario. Bellamente escrito, para mí es el mejor cuento de la colección.
  • «Descuartizar a Dios», de Iván Albarracín González Una persona descubre que toda su vida está descrita en una novela de una gran autora de terror. Un cuento excelente que deja un delicioso nudo en el estómago al final.
  • «Leerás este relato», de Miguel Campion Un cuento que absorbe (el propio título ya da pistas sobre ello) y que tiene un interesante giro final.
  • «Ignotus», de Enrique Montiel de Arnáiz Uno de los relatos en los que, con desparpajo, bastante dinamismo y una buena dosis de humor y autocrítica, intervienen los propios fandomitas
  • «Yo las controlo», de Lisardo Suárez Esporas Un cuento que estilísticamente resulta bastante atractivo.
En resumen, este Visiones 2019 constituye un ejercicio de autohomenaje de la Hispacon, lo cual atraerá a los muy cafeteros a costa de perder puntos frente a un público menos involucrado. De temática menos original que en otras ocasiones, suple esa carencia mediante una mayor coherencia y el énfasis en la calidad literaria.


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jueves, octubre 01, 2020

Crítica: El largo viaje a un pequeño planeta iracundo

El largo viaje a un pequeño planeta iracundo es la primera novela de Becky Chambers. La obra, que inicialmente fue autopublicada, se convirtió en un éxito al instante y fue nominada al Premio Hugo a la mejor novela.


Se trata de una space opera que se desarrolla en el seno de una Confederación Galáctica multicultural, en la que las especies conviven en relativa armonía y los humanos ocupan un papel menor. La protagonista, Rosemary Harper, es una especialista en relaciones alienígenas y, huyendo de su pasado familiar, consigue trabajo en la Peregrina, una nave tuneladora. Al capitán de la nave le ofrecen el contrato de su vida: ir a tunelar al centro galáctico, donde una peligrosa y desconocida especie acaba de unirse a la CG.

Durante el viaje se nos presentan en profundidad todos los tripulantes de la Peregrina. Todos, sin excepción, son unos inadaptados que han optado por una vida errante en lugar de vivir entre los suyos. La nave se convierte, pues, es su familia y este es el principal mensaje subyacente de la obra: es un optimista canto a la diversidad. No faltan interacciones entre humanos (cada cual con su pasado), entre especies diferentes, entre entidades orgánicas e IAs y dilemas morales con seres infectados que, por motivos religiosos, no quieren ser curados. ¡Ah! Y no faltan relaciones sexuales, hum, poco ortodoxas. Se puede decir por tanto que es una novela de personajes, pues todos y cada uno gozan de su momento estelar, su arco argumental y varios de ellos evolucionan a lo largo de la obra.


Aunque el worldbuilding es muy interesante y los personajes son entrañables, la obra presenta algunas carencias. El estilo, sin ser malo, no es destacable. Resulta rápida de leer, eso sí. Buena parte de la novela se desarrolla mediante diálogos con los que se desvela la complejidad de la sociedad de la CG. Esa estrategia comete el pecado de contar, en lugar de mostrar. Por otro lado, el interesantísimo planteamiento (ir a tunelar a una zona de conflicto bélico) se pierde de vista en buena parte de la obra, con tramas secundarias que no vienen a cuento.

En resumen, una opera prima interesante, en el que destaca un worldbuilding fresco y una reivindicación de los inadaptados. Por contra, quienes busquen obra de alta calidad literaria o tengan mentalidad conservadora pueden sentirse decepcionados.