domingo, septiembre 08, 2019

Crítica: Nueva madre

Nueva madre es una novela corta de Eugene Fischer que parte de una interesante premisa: aparece una enfermedad contagiosa que produce gametos diploides. Esto hace que los óvulos femeninos, al no precisar espermatozoides para producir una célula diploide, sean capaces de generar un nuevo ser por sí mismos. En otras palabras, las mujeres infectadas son capaces de tener hijos sin fecundación (partenogénesis), mientras que los hombres contagiados se vuelven estériles.

Pero lo realmente interesante de la obra no es la cuestión científica, sino cómo esta enfermedad afecta a la sociedad. Vamos por partes:
  • La reproducción deja de estar restringida al acto sexual y al binomio hombre-mujer.
  • Las mujeres tienen copias de sí mismas y les transmiten esta capacidad.
  • Los hombres infectados, estériles, se vuelven inservibles a efectos evolutivos. Y, como las mujeres infectadas tienen clones de sí mismas, se produce la paradoja de que la población masculina se va a convertir en una minoría que hay que proteger.
  • En un futuro, habrá adolescentes vírgenes que tengan hijos.
  • Es una enfermedad de transmisión sexual, con el estigma que eso conlleva.
  • Existe el temor de que la infección se extienda a toda la humanidad. ¿Qué hacer con las personas infectadas? ¿Sería lícito esterilizarlas? ¿Hacer exámenes médicos obligatorios para saber quién está infectados?
La novela viaja atrás y adelante en el tiempo, combinando artículos periodísticos con la vida real de la protagonista. La parte periodística es brillante pero la vida de la protagonista no termina de cuajar del todo.

En resumen, Nueva madre es una novela corta que provoca un interesante debate interior sobre cuestiones como las enfermedades infecciosas, los roles de sexos, la religión y un largo etcétera.


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