Crítica: El cuento de la criada (serie), segunda temporada
El año pasado reseñé la primera temporada de la serie El cuento de la criada. En resumen, dije que era una serie excelente que provenía de un libro excelente, aunque no aptos para estómagos sensibles.
En general, la crítica comparte mi opinión sobre la primera temporada de la serie. La segunda temporada, sin embargo, ha recibido críticas no tan positivas. Parte de la crítica considera que la serie se excede en la violencia contra las mujeres.
Un momento...
No sé qué serie vieron en la primera temporada, pero yo recuerdo haber visto torturas, violaciones, amputaciones (algunas de ellas genitales), ejecuciones por "crímenes abyectos" como la homosexualidad, privación de derechos básicos como la lectura y así un largo etcétera. Honestamente, la segunda temporada no es muy diferente de la primera.
No, el pecado de la segunda temporada de El cuento de la criada es su falta de visión a largo plazo. Mientras la primera temporada seguía magistralmente el libro de Margaret Atwood y nos detallaba el ascenso de Offred hacia la libertad esta segunda temporada no se sabe muy bien hacia dónde va. Tan pronto las mujeres se alzan como caen más bajo que antes y lo peor es que estos giros terminan por resultar inverosímiles. La única adición que sorprende gratamente es un nuevo comandante, pero apenas aparece unos pocos capítulos y su arco parece terminar en esta misma temporada. Por añadidura, la serie ha adoptado la efectiva táctica de terminar cada capítulo en cliffhangers, efectivo pero corto de miras. Honestamente, prefería cómo terminaban los capítulos de la primera, con escenas contenidas pero que transmitían mucho más de lo que aparentaban.
En resumen, la segunda temporada de El cuento de la criada no alcanza la maestría de la primera pero tampoco resulta un descenso de calidad escandaloso. Por desgracia, de no adoptar una estrategia a largo plazo, la serie solo resistirá 1 o 2 temporadas antes de caer en la mediocridad.