domingo, julio 28, 2024

Crítica: La vieja guardia

La vieja guardia (1) es una novela de John Scalzi, autor del que ya reseñé la entretenida El fin del Imperio. La novela, debut de Scalzi, fue nominada al Premio Hugo.

La obra está ambientada en un futuro a siglos vista en el que la humanidad ha iniciado su expansión por las estrellas para toparse con que nuestra galaxia está repleta de civilizaciones hostiles. Los humanos, en guerra permanente contra los alienígenas, idean una original forma de reclutar sus tropas.

Todos los habitantes de la Tierra tienen la oportunidad, al cumplir los 75 años, de unirse a las Fuerzas de Defensa Coloniales. Dejan atrás literalmente todo: son declarados muertos, se les desposee de todas sus propiedades, no pueden volver a la Tierra y ni siquiera se les permite comunicarse con ella. Ah, y un último detalle: aceptan someterse a todo tipo de tratamientos que les sean requeridos. La primera parte de la novela discurre en ese ambiente de misterio, miedo y esperanza, de aquellos que, a las puertas de la muerte, realizan un acto de fe hacia lo desconocido. Saben que van a la guerra, saben que -obviamente- sus decrépitos cuerpos no son aptos para el combate y que, por lo tanto, algún cambio parece probable, pero desconocen todo lo demás. Nunca han visto un soldado de las FDC y muy raramente han visto un alienígena (solo, y de forma fugaz, aquellos con los que la humanidad mantiene unas relaciones pacíficas). Scalzi, de forma inteligente, no se limita a usar el desconocimiento como mero artefacto para mantener la tensión del lector sino que aprovecha para ofrecer todo tipo de situaciones interesantes y, para rematarlo, lo justifica de forma adecuada.

La segunda parte de la novela discurre de combate en combate. En un ambiente muy heinleniano, que recuerda a las novelas de aventuras de décadas atrás, el protagonista se enfrentará a diversas situaciones militares que se resuelven con acierto, si bien esta parte resulta menos lograda que la primera parte de la obra. No busquen moralinas o dobles lecturas. De verdad, no las busquen porque no las hay. La vieja guardia es una novela de puro escapismo, que bebe sin tapujos de Tropas del espacio de Heinlein pero sin pretensiones aleccionadoras. Se trata de una novela puramente palomitera. Si bien me encanta la ciencia ficción como forma de hablar de nuestro mundo, no está de más que existan autores que pretendan precisamente lo contrario, que le quiten ese velo de seriedad y te digan: relájate y disfruta. El final, bastante emotivo, resulta un buen punto de cierre de la historia y da pie a continuarla con una segunda novela.

Los personajes no son el punto fuerte de Scalzi, apenas podemos ver diferencias psicológicas o de comportamiento entre ellos. Lo único que parece distinguir al protagonista del resto es que echa de menos a su esposa fallecida.

A favor del autor juega un desternillante sentido del humor. Muchas situaciones se generan solas: imagínese la de escenas hilarantes que uno puede provocar si mandas a un grupo de personas de 75 años a combatir. Algunas, como el sargento chusquero, son tan arquetípicas que en otras circunstancias parecerían facilonas, pero como esta novela literalmente se devora, no da tiempo a que reflexiones mucho sobre el uso de este recurso facilón. Otras son muy interesantes; en particular una escena en la que el protagonista bautiza a su IA, es verdaderamente imborable.

El estilo del autor resulta bastante aceptable, no tiene ningún punto débil pero no espere alta literatura. Su principal mérito literario es una obra endemoniadamente fácil de leer, de una sencillez que encandila y que, quienes escribimos sabemos que esa sencillez no es fácil de lograr.

Como aspecto negativo, me resultó un insultante anacronismo que las Fuerzas de Defensa Coloniales estuvieran compuestas exclusivamente por estadounidenses. No sé qué pretendía Scalzi al sugerir que solo los Estados Unidos de América son capaces de conquistar la galaxia, en fin... 

En resumen, La vieja guardia es una novela de ciencia ficción muy entretenida, con humor a raudales y mucha acción. Una lectura de endiablada sencillez y sin pretensiones, muy al estilo de las novelas de acción de hace medio siglo.


(1) El título original de la novela es Old's man war, que me parece capta mejor el espíritu de la obra.

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