martes, junio 17, 2025

Crítica: Semiosis

Semiosis es la primera novela de Sue Burke, considerándose una de las mejores novelas de ciencia ficción de 2018, llegando a ser finalista del Locus, el John W. Campbell y el Arthur C. Clarke. Como curiosidad, Burke es de nacionalidad estadounidense, pero además de escritora es traductora de inglés a español y residió 17 años en Madrid, por lo que tiene fuertes vínculos con España.

El título del libro, un tanto oscuro, hace referencia al proceso que involucra el uso de signos, incluida la generación de un lenguaje. La cosa tiene su aquel, dado que para que se pueda establecer comunicación debe haber signos de algún tipo, aunque me pregunto si no hubiera sido más conveniente un título menos arcano.

Semiosis trata de la colonización de un mundo llamado Edén. En este, los colonizadores descubren que en el planeta, más viejo que la Tierra, los vegetales han tenido más tiempo para evolucionar y han desarrollado mecanismos más complejos que en nuestro planeta, incluyendo plantas sintientes. La novela transcurre a lo largo de 7 generaciones de individuos, de padres a hijos, por lo que podemos ver el relevo y los cambios de mentalidad.

La novela bebe de la biología, con abundantes términos de bioquímica. Destacan la capacidad de las plantas de comunicarse mediante sustancias químicas, la competencia por los recursos (tierra, agua y luz) y las relaciones simbióticas que se establecen entre ellas. Esto da lugar a una ética alienígena, en donde el establecimiento de simbiosis y la "domesticación" juegan un papel primordial, siendo un interesante contrapunto a la moral humana. En cuanto al uso de la tecnología, la obra prima el misterio y la maravilla del descubrimiento antes que la lógica; así, nos encontramos que los colonos de Edén apenas saben nada del planeta en el que han aterrizado. 

Una característica interesante de la obra es que plantea una utopía, algo que era habitual en obras pasadas de la ciencia ficción pero que últimamente se había dejado de lado a favor de obras más pesimistas. En Semiosis, los colonos humanos crean una nueva sociedad basada en la democracia, la igualdad y el respeto por el medio ambiente... A veces incluso de forma un tanto naif y que puede resultar incluso absurda para los más cínicos y conservadores. Burke, sin embargo, se ha tomado en serio la creación de esta sociedad perfecta e incluso hay artículos de la constitución de Edén encabezando los capítulos.

La novela no tiene una estructura clásica de planteamiento-nudo-desenlace. En su lugar, cada generación tiene su propio arco de planteamiento-nudo-desenlace. Como resultado, la obra logra una gran naturalidad, si bien le falta épica y que enganche.

La gran pega que le pongo a la obra es que estilísticamente es muy floja. No me gustaron las descripciones (apenas hay descripciones y, cuando las hay, son decididamente escasas ¿en serio, en un planeta decididamente alienígena la autora no opta por explotar la escritura visual?), los diálogos (faltaba fluidez entre las frases de los interlocutores) ni cómo combina las escenas para combina la narración (algunas transiciones muy mejorables). Estos defectos se hacen muy notorios hacia el tercio de la obra, a ratos convirtiendo la lectura en desagradable. Con posterioridad, en especial desde el primer contacto con los alienígenas, la cosa mejora hasta hacerse aceptable.

En conclusión, Semiosis es una original novela sobre colonización, contacto alienígena y contiene refrescantes (aunque un tanto naifs) ideas sobre una utopía. Especialmente destacable resulta el enfoque que dan los alienígenas a los asuntos morales. Puede gustar especialmente a aquellas personas interesadas en la biología, la química y la botánica. Por contra, si lo que busca es la calidad literaria, esta no es su novela.


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