No signal

En los ordenadores de aquí el correo electrónico está bloqueado. Cibercafés... En Pamplona debe haberlos, pero ahora no estoy en Pamplona sino en un pueblo cercano llamado Noáin y, que yo sepa, no tiene ninguno. Así que ésta es la única forma de comentar (electrónicamente) mis andanzas por Pamplona.

Resumen (por si alguien no se había enterado aún): llegué el 10, me alojé en una pensión hasta el 15. En principio vamos a alquilar un piso o habitaciones sueltas, pero de momento nos hemos quedado en un piso que van a vender como muy tarde en octubre (como no tenían intención de alquilarlo nos lo han dejado muy barato). A partir de allí la cosa se complica: ahora mismo no estamos buscando ya que mi compañero prefiere dejar pasar algún tiempo.

El tema de escribir está aún más colgado. Llevo 13 años escribiendo casi cada día y el parón más largo que había tenido había sido de 7 días. Ahora van 18 y me arrepiento de haberme traído portátil desde Barcelona... Una amiga me ha ofrecido un portátil que no van a usar, pero no lo tendría hasta que no vuelva a Barcelona (cosa que no sucederá hasta mediados o finales de septiembre). Así que, con el mono creciendo, me parece que me voy a poner a hacer cosillas desde aquí.

Paralización de actividad II

La situación es la siguiente: me voy a Pamplona. No me llevo el ordenador. Así pues, hasta que me compre uno y consiga conexión a Internet la situación se presenta complicada.

Eso deja (otra vez) paralizada toda actividad escritora. El vaivén Pamplona-Barcelona-Madrid de los próximos meses tampoco promete mucho, vamos.

Pero, para animar un poco la cosa, ¡por fin terminé la primera revisión de La Luz de las Tinieblas! Para no hacer más el ridículo, no daré fecha prevista de finalización.

Y, como todo esto queda un poco soso, voy a animarlo con la imagen que probablemente se convierta en la portada de La Luz de las Tinieblas.