Crítica: Evangelio de carne y metal
Evangelio de carne y metal es una novela corta de ciencia ficción de Coral Carracedo, publicada por Cerbero.
La novela parte de una magnética premisa: para suplir las necesidades de órganos para trasplantes se crean unos humanos mutantes capaces de regenerar sus órganos en 30 días. Para extraer los órganos, estos humanos son, digámoslo claramente, decapitados. Cómo sobreviven al proceso es algo que la novela no explica ni nos interesa, porque lo realmente interesante son las derivadas sociales y psicológicas del proceso.
La novela nos presenta una de estas mutantes, que ha tenido una vida envidiable hasta los 23 años, momento en el cual se inicia el proceso guillotinesco. Cada 30 días es decapitada, regenerada y aún tiene que dar gracias de tener un día libre antes de ser decapitada de nuevo. Al cabo de "solo" unos siglos quedará liberada de su "obligación" y podrá seguir viviendo su ¿inmortal? vida como le dé la gana.
Como contrapunto a Renée tenemos a Lara, una médico que realiza la decapitación... digo operación. El choque entre Renée y Lara resulta de lo más interesante, puesto que Lara trata de justificar su posición ensalzando el "privilegio" de Renée al salvar tantas vidas y minimizando el detallito de morir cada 30 días. Completa el panorama una extraña religión cientifista, de la cual la autora apenas da cuatro pinceladas, y que es el origen del título de la obra.
La protagonista mantiene como buenamente puede una relación sentimental con Sebastian, otro mutante que solo libra un día al mes. Para colmo de desgracias, si los ciclos de ambos se desincronizan pues...
La obra está escrita en primera persona, por parte de una persona a la que decapitan una vez al mes. Lógico, por tanto, que la obra esté escrita desde las vísceras y que no se ande con florituras. Resulta muy efectiva en este aspecto, si bien en algunas ocasiones podría entregar algo mejor y da la impresión de haberse escrito muy rápido, sin terminar de pulir algún defecto.
Si bien el arranque es espectacular, a media obra empieza a dejar la sensación de que se repite y el final deja un sabor de que falta algo... Difícil de definir qué es, pero no terminó de convencerme.
En resumen, Evangelio de carne y metal es una obra escrita desde las vísceras, con emociones fuertes y que tiene interesantes lecturas en términos sociales y económicas.
Etiquetas: crítica, literatura