Crítica: Los últimos Jedi
Pues sí, llegó la esperada continuación de El despertar de la Fuerza. Y el resultado no ha dejado indiferente a nadie.
AVISO: NO hay spoilers en esta crítica.
Antes de nada cabe decir que la película evita el aspecto más criticable del episodio anterior. No es, pues, un remake encubierto de El Imperio contraataca. Es más, plantea nuevas situaciones y resuelve otras de forma que sorprenderá a más de uno.
ESTRUCTURA: La película tiene un ritmo trepidante. Empieza con una batalla espacial y se puede decir que la batalla dura toda la película. Intercalado, tenemos el entrenamiento de Rey con Luke y las aventuras en el casino. El arco argumental del casino ha recibido críticas por distraer de la acción principal y es cierto que es lo más flojo de la película aunque -a mi modo de ver- está justificado.
ACTUACIONES: Si en el episodio anterior, dividí las actuaciones entre las decentes y las malas, en esta ocasión la polarización es aún superior. Las hay muy buenas (Mark Hamill está que se sale como maestro Jedi amargado, Andy Serkis es un malo que da realmente miedo, Benicio del Toro es un personaje oscuro y enigmático) y muy malas (Domhall Gleeson logra transmitir más lástima que otra cosa y Adam Driver sigue sin convencerme), mientras que el resto del reparto tiene actuaciones decentes. Sin embargo, la gran cantidad de personajes a los que se intenta dar protagonismo distrae la atención de lo principal; a mi juicio hay demasiados personajes en esta película.
SORPRESAS: Las hay ¡y menudas son! El director y guionista se la han jugado y han decidido salirse de lo previsible. Esto ha molestado en grado sumo a los nerds que se han pasado horas y horas devanándose los sesos y colgando vídeos para demostrar que Chewbacca es el padre de Rey. Sinceramente, yo hubiera optado por seguir alguna de estas teorías. Todo el mundo lo esperaba pero, de haberlo hecho, la película hubiera sido un remake de El Imperio contraataca. Se la han jugado, repito, y el resultado es más que decente. Te quedas con el culo pegado al asiento, preguntándote qué pasará a continuación.
DIÁLOGOS: Decentes pero sin pasarse. El tiempo dirá si acaba dando alguna frase memorable.
HUMOR: La película está plagada de gags. No están a la altura de la trilogía original e incluso bajan el nivel de su predecesora pero al menos han tenido la decencia de no poner un Jar Jar Binks.
NUEVOS TEMAS: La película se atreve con temas no vistos hasta ahora en Star Wars. Hay roces en la cadena de mando de la Resistencia. Algunos planes de los buenos no solo no surten efecto sino que terminan siendo contraproducentes. Algunos de los buenos son acusados de cobardes. Otras veces se preguntan para qué sirve enviar a la muerte a los suyos.
USOS DE LA FUERZA: Otra de las cosas que ha molestado a los nerds de medio mundo es que la película introduce nuevas habilidades para los usuarios de la Fuerza. Parece ser que los frikis, que se han gastado el dinero en las películas, las novelas, los diccionarios y todo lo demás de Star Wars, no han encontrado esas nuevas habilidades en la lista. No está de más recordarles que Star Wars ha ido improvisando sobre la marcha y que, continuamente, se han ido introduciendo nuevas habilidades. Si quieren dogmas, hay montones de sectas que estarán encantadas de acogerles. Lo que me interesa es si cinematográficamente esos usos aportan algo. Los dos primeros no aportan nada y son prescindibles mientras que el tercero es... Bueno, es el más sorprendente y deja el que -para mí- es el mejor momento de la película.
CONCLUSIÓN FINAL: Los últimos Jedi es una película de acción más que decente y -salvo por un humor excesivamente infantiloide- resulta superior a su predecesora. Tiene momentos cinematográficamente brillantes que hay que disfrutar con mentalidad abierta. Espere sorpresas y no vaya con ideas preconcebidas.