La Paradoja de Fermi (11/12): Apenas hemos empezado a buscar
La última solución para la Paradoja de Fermi es también sencilla: apenas hemos empezado a buscar.
¿Es posible que sea tan fácil? La verdad es que sí. Nuestras emisiones de radio son fácilmente detectables pero ¡ay! solo llevamos 100 años emitiendo ondas de radio. Eso significa que, en el mejor de los casos, pueden habernos detectado y contestado civilizaciones que se encuentren a 50 años luz.
¿Podrían detectarnos de otra forma? Sí. Podrían detectar las luces de nuestras ciudades. Pero es mucho más difícil que mediante ondas de radio. Así, si para una civilización distante 50 años luz sería fácil detectar nuestras ondas de radio, para ver nuestra iluminación nocturna necesitaría un telescopio de aproximadamente 2'5 kilómetros de diámetro (sic), un tamaño más que considerable y de coste astronómico. Por otro lado, las luces de las ciudades se han desarrollado a la par que las ondas de radio, así que tampoco solucionamos nada. Si lo que buscamos es ver las construcciones alienígenas, la cosa se pone todavía más fea. Para poder detectar estructuras de 1'5 km (suficiente para detectar las grandes ciudades y embalses) ubicadas a 50 años luz necesitamos un telescopio de 150.000 kilómetros de diámetro (?!). Podemos reducir la magnitud del engendro mediante técnicas de interferometría pero, a pesar de todo, seguimos hablando de un tamaño prohibitivo. Vamos, que ver las pirámides de Alfa Centauri va a ser que no...
En resumen, es perfectamente posible que existan civilizaciones alienígenas relativamente cerca pero que no se hayan puesto en contacto con nosotros simplemente porque todavía no les han llegado nuestras ondas de radio. Eso es algo que el tiempo arreglaría. O sea, que si no les hemos encontrado es porque apenas hemos empezado a buscar.
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