Crítica: His Dark Materials
His Dark Materials (La Materia Oscura) es una serie de TV, basada en la trilogía homónima de Philip Pullman. Se trata de una coproducción entre HBO y la BBC, una combinación ganadora, que nos ha dejado auténticas joyas como Roma y Chernobyl. Y eso se nota desde el primer minuto de la serie. Una ambientación perfecta y unas actuaciones soberbias, que consiguen transmitir toda una gama de matices con un leve gesto.
La serie se desarrolla en un mundo paralelo al nuestro, muy reconocible por detalles como Oxford, los gitanos o el cristianismo pero, al mismo tiempo, muy diferente. No se trata solo de algunos detalles como los dirigibles (muy socorridos en las ucronías) sino porque incluye la magia a gran escala, aunque esta -acertadamente- no se utiliza como un recurso deux ex machina sino solo como escenario en el que se desarrolla la historia. Así, tenemos que las personas de este universo paralelo tienen un daemon, un ente mágico que está ligado a ellos y que forma una parte esencial en la trama.
La historia está llena de segundas lecturas. Los héroes de la historia son académicos que tratan de averiguar la verdad, los niños y los gitanos, mientras que los malvados forman parte de una organización religiosa llamada Magisterio, son defensores de los dogmas y viven obsesionados con el pecado, en especial con la etapa en la que los niños empiezan a descubrir su sexualidad. Si eso no es una declaración de intenciones yo no sé qué puede serlo.
La serie se puede calificar de juvenil dado que la protagonista es una niña a punto de entrar en la adolescencia. No obstante, los adultos disfrutarán enormemente de ella, no solo por las dobles lecturas sino también porque en todo momento las acciones de los menores son creíbles, sin heroicidades inverosímiles.
La primera temporada decae un poco al final, en el momento en el que se nos introduce una segunda línea temporal que no termina de encajar del todo en la historia. Esperaremos a la segunda temporada para ver a dónde nos lleva todo esto.
En resumen, una gran serie de fantasía, con detalles como la ambientación y la interpretación que están cuidados hasta el más mínimo detalle. A los jóvenes les gustará ver una heroína preadolescente y los adulto disfrutarán con la doble lectura de la serie.