Crítica: El bosque oscuro
El bosque oscuro es la continuación de la aclamada El problema de los tres cuerpos, que ya reseñé en su día.
El bosque oscuro es diferente en muchos aspectos a El problema de los tres cuerpos... Tanto para lo bueno como para lo malo. Estilísticamente hablando, carece del brillante arranque de su predecesora (aunque el arranque sigue siendo de lo mejor de la novela) pero también carece de los fallos argumentales y cambios de escenario que no hay por donde coger de su antecesora. En resumen, la novela está más en el centro de la media.
Los personajes están mejor definidos aunque siguen sin ser el punto fuerte del libro. Y, sin hacer spoilers, la obra contiene una batalla espacial memorable.
Sin entrar demasiado en materia, la obra plantea ideas interesantes de cómo afrontarían los humanos una invasión extraterrestre: unos colaborando con el enemigo, otros abrazando el escapismo. ¿Y si el enemigo pudiera conocer todos los planes de defensa humanos y bloquear toda nueva tecnología... salvo las ideas que estuvieran encerradas en nuestras mentes? Interesante cuestión que el libro aborda sin complejos.
Por desgracia, el libro no explota todo su potencial. Así, por ejemplo, para los trisolarianos pensar y hablar son la misma cosa. Sorprendidos se quedan cuando se enteran que para los humanos no es lo mismo y, más aún, cuando se les dice que los humanos somos capaces de decir cosas que no pensamos en realidad (proceso conocido como "mentir"). Pero este punto se menciona solo al principio... Y no vuelve a mencionarse nunca más.
El final deja un regusto agridulce. Por un lado, el hecho de que el autor conduce perfectamente hasta el momento final. Por otro, el hecho de que este es un poco precipitado, así como que convierte la tercera parte de la trilogía en innecesaria.
En resumen, una obra que gustará -y mucho- a los que les gustó El problema de los tres cuerpos. De hecho, en muchos aspectos supera a su predecesora.
Etiquetas: crítica, literatura