Crítica : El problema de los tres cuerpos
El problema de los tres cuerpos es una de las novelas de ciencia ficción que más revuelo ha causado en los últimos años. Motivos no le faltan. El principal, es que es la primera obra que gana el Hugo sin haberse publicado originariamente en inglés.
No voy a comentar el argumento (es de esas obras que cuanto menos cuente, mejor). Pero sí diré cuáles son mis impresiones tras haberla leído.
Empieza muy bien. Arranca con escenas de la revolución cultural china y todas las páginas están impregnadas de la barbarie, fanatismo y absurdo del momento. Tiene momentos de gran belleza poética.
A partir de la página 50, sin embargo, la cosa cambia. Se empiezan a mostrar una serie de misterios que mantienen la atención del lector. El autor demuestra tener una imaginación desbordante. Activar el sentido de la maravilla está bien pero, en mi opinión, el libro tiene fallos argumentales claros. Así, p.e. al protagonista lo meten de buenas a primeras en reuniones "top secret" del más alto nivel tanto de un bando como del contrario. Vamos, si vas metiendo a cualquiera en reuniones top secret lo normal es que en breve el secreto lo conozca todo el mundo.
A esto se suma que el estilo del autor cambia. Abandona ese estilo poético que tanto me gustó del principio y pasa otro mucho más sencillo. Efectivo, pero sin gracia. Y, en algunos cambios de escenario, incluso torpe. Y, no, la culpa no es del traductor. Yo he leído la novela en inglés y está traducida por Ken Liu (autor de ciencia ficción premiado con el Hugo, el Nebula y el Locus). Tal vez sea alguna característica de la literatura china a la que no estemos acostumbrados los occidentales pero, como digo, algunos cambios de escenario no me gustaron nada.
Sobre los personajes, mejor no hablar. Carecen de la más mínima personalidad. El protagonista simplemente pasa por allí pero no sabemos nada sobre él.
Hacia la página 270 el autor va desvelando las diversas incógnitas que ha ido dejando. Y lo cierto es que lo resuelve bastante bien. Todos los misterios de los que hablaba al principio quedan perfectamente explicados. De nuevo, alza el vuelo con gadgets tecnológicos muy imaginativos (tan imaginativos que resultan un tanto Deus ex machina) y demuestra tener un buen conocimiento de cómo funcionan las sociedades humanas. Sin ser literatura de altos vuelos, la novela remonta hasta su épico (o antiépico, según se mire) final y deja con muchas ganas de leer la segunda parte.
En resumen, un 7/10. Y sí, me leeré la segunda parte.
Etiquetas: crítica, literatura