En un futuro sin determinar se produce un colapso del sistema. A la amenaza terrorista se une la contaminación del medio ambiente y -lo más preocupante- una caída en picado de la fertilidad. Las sociedades afrontan el problema de la natalidad de diversas formas, pero en la costa este de EE.UU. -transformada en la República de Gilead- encuentran una
solución bíblica: la clase dirigente tendrá mujeres fértiles que engendrarán los hijos por ellos.
Hasta aquí, el argumento. Ahora la crítica. En resumen: una novela sublime que merece su aclamación universal.
¿Cómo empezar?
Bueno, su prosa es simple pero precisa. Funciona sin problemas, sin chirriar en ningún momento. Una lectura que maravilla. Incluso se las arregla para hacer flashbacks en el corazón mismo de la narración, sin advertencias, y cuando lo lees no te pierdes ni notas el cambio en absoluto.
La atmósfera que usa para describir a la sociedad es muy efectiva, un poco de información en cada capítulo. Eso te permite tanto entender el libro como obligarte a continuar. Y el ritmo del libro es agradable, fluye de forma tan natural ... Además, la descripción de cómo se destruye la libertad, sustituida por un régimen totalitario y cómo la gente trata de engañar a las absurdas reglas de este régimen enfermo es simplemente perfecta.
Los personajes son dignos de mención. Una de las principales razones por las que me gusta el libro es que todos los personajes parecen tan humanos... La protagonista no es la típica heroína y incluso los malvados (a pesar de toda su perfidia) logran despertar simpatía.
¡Oh! Mención aparte merece el tono de reclamo del libro. Una mirada al feminismo, al totalitarismo, a los cenutrios religiosos, a la ecología... Pero es dulce, una aproximación mucho mejor al tema que el que dan otros autores como la ruda Sheri Tepper.
En resumen, una obra altamente recomendable. Dentro de poco, caerá la serie ;-)
Etiquetas: crítica, literatura