viernes, mayo 26, 2023

Crítica: El cielo de piedra

El cielo de piedra es la última entrega de la trilogía de la tierra quebrada de N. K. Jemisin, una de las autoras de fantasía de mayor éxito de la última década (acumula, desde 2011, 4 Premios Hugo, 3 Premios Locus y 1 Premio Nebula). Ya reseñé en su día la primera parte de la saga, La quinta estación, y la segunda, El portal de los obeliscos. Esta obra, al igual que sus predecesoras, recibió los tres galardones, lo cual es un hito extraordinario.

O sea, que seguro me ha gustado, diréis. Respuesta breve: no.

Empecemos por el principio. Una obra tan premiada de una autora tan reputada y cuya primera parte estuvo tan bien seguro que tiene algún mérito ¿no? Entonces, ¿qué ha pasado?

Recapitulemos. En La quinta estación se nos presentó un mundo rico, con una prosa directa y efectiva y un interesante enfoque reivindicativo. Los personajes no estaban mal, aunque el único realmente interesante era Alabastro. La única gran pega que el vi era que temía que la trama no estuviera demasiado bien tejida.


En El portal de los obelicos algunos problemillas de la primera entrega como un arranque demasiado lento y una trama no demasiado bien dosificada se exacerban; a todo eso se le suma la pérdida de su personaje más icónico y una merma de la calidad literaria.

¿Qué nos depara El cielo de piedra? Hay que reconocer que tiene buenas intenciones. Resulta interesante ver qué sucede durante una estación. Logra atar todos los cabos sueltos (la luna, los obeliscos, los comepiedras...). Los personajes tienen un desarrollo que podría estar bien, con muchas tensiones en el ambiente. Pero todo ello se queda en "sí pero no"... A pesar de apuntar maneras, sus virtudes quedan eclipsadas por sus defectos. Y estos no son otros que los que ya amenazaban las dos primeras entregas, pero esta vez desatados: una lentitud exasperante (en buena parte de la obra no sucede nada reseñable), un estilo que decae hasta perder toda gracia, unas relaciones entre personajes que no terminan de cuajar (en buena parte, porque la autora espera que uno recuerde los pormenores de las dos entregas anteriores) y un final que deja la desagradable sensación de que ha sido improvisado, con personajes que cambian de opinión varias veces en el momento cumbre (1)

En resumen, El cielo de piedra es una obra cuyo principal mérito es cerrar la trilogía de la tierra quebrada, así que si arden en deseos en saber cómo acaba la historia, no se lo pierdan. Aunque tiene algún punto interesante (la estación, el tono reivindicativo que no falte...), estas cualidades quedan eclipsadas por los múltiples defectos de la misma, defectos que no han hecho más que acrecentarse a lo largo de la trilogía.


(1) No quiero decir con esto que Jemisin no tuviera bien pensado el final, sino que deja la sensación de que no lo tenía, no sé si se capta la diferencia.


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jueves, mayo 04, 2023

Crítica: El Señor de los Djinn

El Señor de los Djinn es una novela de fantasía de Phenderson Djèlí Clark (pseudónimo del historiador Dexter Gabriel). Esta novela, la primera del autor, resultó ganadora del Locus y el Nebula y finalista del Hugo, un debut espectacular.

La obra está ambientada en 1912 en un Egipto alternativo donde, cincuenta años antes, al-Jahiz abrió un portal interdimensional que permitió conectar nuestro mundo terrenal con el mundo mágico, permitiendo así que entraran en nuestro mundo dioses y otras criaturas. Entre estas entidades destacan los djinn, entidades de la mitología árabe más conocidos en castellano como "genios". ¿Conocen el genio de Aladino? Sí, ese tipo de genio, claro que aquí se visten de todo tipo de características y personalidades: los hay que trabajan, otros pasan de los humanos y finalmente algunos es mejor que no los saques de su letargo... La compleja interacción entre los djinn (y otras criaturas) con los humanos crea una obra muy rica en matices, si bien a veces uno puede perderse entre tanta mitología árabe.


¿De qué va la obra? Bueno, pues empieza con una matanza, lo cual siempre resulta una buena forma de arrancar una novela. La policía en seguida tiene un sospechoso, que no es otro que al-Jahiz, el mismo tipo que hizo que la magia regresara a nuestro mundo. Solo hay un "pequeño" inconveniente y es que, bueno, el sospechoso debería estar un poco cadáver. De desentrañar el misterio se encarga Fatma el-Sha'arawi, una funcionaria del Ministerio de Alquimia; una de las primeras mujeres en ocupar la plaza y una estrella en ascenso. A Fatma le asignan una nueva compañera y recibe a la novata con cara de perro porque prefiere trabajar sola (la novela es original, pero tampoco hay que pasarse). Completa el triángulo protagonista la novia de Fatma.

La novela rezuma un aire reivindicativo. Ambientada en un Egipto que se codea con las potencias occidentales, protagonizada por una mujer, musulmana y lesbiana, que mantiene una relación una djinn de otra religión, donde todos los personajes principales son mujeres y en la que continuamente, sin necesidad de hacer apología del mestizaje cultural, se presenta una sociedad muy tolerante y mestiza. No obstante, y allí reside una de las gracias de la novela, hace todo esto de forma sutil, sin necesidad de estridentes moralinas.

En cuanto al estilo de la obra, se puede decir que los diálogos están logrados, las descripciones son buenas pero las escenas de acción flojean un poco. Los personajes no pasan de estereotipos (la investigadora que trabajar sola y a la que asignan una novata, el villano supervillano a lo Dr Maligno...), funcionan pero no obran milagros.

Uno de los mejores logros de la novela es la trama. El autor va desentrañando diversos aspectos de la sociedad, desde las clases más pudientes hasta los más abyectos criminales de una forma que aparentemente no va a ninguna parte hasta que, a mitad de obra, todo empieza a relacionarse. Una verdadera gozada.

En resumen, El Señor de los Djinn es un meritorio debut en el género de la fantasía donde podemos encontrar un rico y complejo worlbuilding, un interesante aire reivindicativo y una trama bien tejida.


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