Crítica: El cielo de piedra
El cielo de piedra es la última entrega de la trilogía de la tierra quebrada de N. K. Jemisin, una de las autoras de fantasía de mayor éxito de la última década (acumula, desde 2011, 4 Premios Hugo, 3 Premios Locus y 1 Premio Nebula). Ya reseñé en su día la primera parte de la saga, La quinta estación, y la segunda, El portal de los obeliscos. Esta obra, al igual que sus predecesoras, recibió los tres galardones, lo cual es un hito extraordinario.
O sea, que seguro me ha gustado, diréis. Respuesta breve: no.
Empecemos por el principio. Una obra tan premiada de una autora tan reputada y cuya primera parte estuvo tan bien seguro que tiene algún mérito ¿no? Entonces, ¿qué ha pasado?
Recapitulemos. En La quinta estación se nos presentó un mundo rico, con una prosa directa y efectiva y un interesante enfoque reivindicativo. Los personajes no estaban mal, aunque el único realmente interesante era Alabastro. La única gran pega que el vi era que temía que la trama no estuviera demasiado bien tejida.
En El portal de los obelicos algunos problemillas de la primera entrega como un arranque demasiado lento y una trama no demasiado bien dosificada se exacerban; a todo eso se le suma la pérdida de su personaje más icónico y una merma de la calidad literaria.
¿Qué nos depara El cielo de piedra? Hay que reconocer que tiene buenas intenciones. Resulta interesante ver qué sucede durante una estación. Logra atar todos los cabos sueltos (la luna, los obeliscos, los comepiedras...). Los personajes tienen un desarrollo que podría estar bien, con muchas tensiones en el ambiente. Pero todo ello se queda en "sí pero no"... A pesar de apuntar maneras, sus virtudes quedan eclipsadas por sus defectos. Y estos no son otros que los que ya amenazaban las dos primeras entregas, pero esta vez desatados: una lentitud exasperante (en buena parte de la obra no sucede nada reseñable), un estilo que decae hasta perder toda gracia, unas relaciones entre personajes que no terminan de cuajar (en buena parte, porque la autora espera que uno recuerde los pormenores de las dos entregas anteriores) y un final que deja la desagradable sensación de que ha sido improvisado, con personajes que cambian de opinión varias veces en el momento cumbre (1)
En resumen, El cielo de piedra es una obra cuyo principal mérito es cerrar la trilogía de la tierra quebrada, así que si arden en deseos en saber cómo acaba la historia, no se lo pierdan. Aunque tiene algún punto interesante (la estación, el tono reivindicativo que no falte...), estas cualidades quedan eclipsadas por los múltiples defectos de la misma, defectos que no han hecho más que acrecentarse a lo largo de la trilogía.
(1) No quiero decir con esto que Jemisin no tuviera bien pensado el final, sino que deja la sensación de que no lo tenía, no sé si se capta la diferencia.
Etiquetas: crítica, literatura