Inception
A veces hay películas de ciencia-ficción que rompen moldes. Inception es una de ellas. No voy a desvelar gran cosa del argumento (cuanto menos sepa quien la va a ver mejor) salvo que la trama gira en torno a introducirse en los sueños ajenos para recabar información que el sujeto, si estuviera consciente, no estaría dispuesto a dar.
A partir de esa premisa tan básica se desarrolla una película plagada de detalles, como es habitual Cristopher Nolan, de esas que dan ganas de ver dos veces a ver si tal dice exactamente eso o hace aquello. Nolan espera que el público piense al acabar la película, lo cual es de agradecer. No alcanza el virtuosismo de Matrix en cuanto a estética, originalidad y diálogos pero, como contrapartida, no resulta pedante ni se saca el final de la manga.
Los personajes, salvo el encarnado por Di Caprio, no están demasiado bien desarrollados, alguno como Michale Caine está incluso desaprovechado pero ¿a quién le importa? Cumplen de forma bastante decente para lo que uno espera de una película de acción, incluso alguno como Joseph Gordon-Lewitt parece hacerlo mal a propósito hasta que le toca lucirse (justo lo que Di Caprio predice).
Lo único que pierde un poco a la película es la excesiva (y un poco inverosímil) acción que, a mi juicio, distrae un poco la atención de una idea genial. Hay quien afirma que todo resulta demasiado confuso y difícil de seguir... Bueno, admito que no es fácil pero en estos casos la mejor opción es dejarse llevar.
En resumen, una película excelente, bastante mejor de lo que me esperaba a pesar de contener demasiada acción. Sin llegar a tener una originalidad extrema sí que se nota la profesional mano de Nolan en cada detalle. Y, sobretodo, deja un agradable sabor de boca al final.