Crítica: TENET
TENET es la nueva película de Christopher Nolan, autor mainstream o de culto según a quién pregunte. En ella, como viene siendo marca de la casa, el tratamiento del tiempo juega un papel trascendental. Únase eso a un argumento al más puro estilo 007 y tenemos a James Bond con viajes en el tiempo.
Si van a ir a verla, mejor que no sepan el argumento al detalle, pero baste decir que en la primera escena nuestro protagonista interviene en una operación antiterrorista en Kiev. Allí observa fenómenos extraños y, tras un serie de escenas no demasiado bien hilvanadas, descubre que esos fenómenos extraños se han producido porque alguien ha inventado la forma de hacer que objetos vayan hacia atrás en el tiempo.
Esto da lugar a todo tipo de fenómenos visualmente impactantes. Así, por ejemplo ¡las balas que van hacia atrás en el tiempo aparecen incrustadas en el blanco y, al dispararlas, se meten en la pistola! La gente corre hacia atrás y el fuego, en lugar de quemar, congela.
No faltan las paradojas temporales, resueltas de forma más o menos convincente. Así, si estás a punto de empezar un viaje hacia atrás en el tiempo, te vas a encontrar con tu otro yo. Es más, es condición sine qua non para empezar el viaje. No obstante, a mitad de película se produce una vuelta de tuerca innecesaria y que resultará confusa a quien no haya oído hablar de la mecánica cuántica (e incluso a quienes han oído hablar de ella). ¿Realmente era necesario citar la interpretación de Penrose?
Por supuesto, no falta la acción, que para algo es un trasunto de 007. Y, como ya nos demostró en Inception, Nolan es un excelente director de escenas de acción, si bien, en mi modesta opinión, tiene la tendencia de alargar y complicar en exceso estas escenas. Si en Inception este defecto se intuía aquí termina dominando la escena.
La acción, sin embargo, no se desarrolla de forma fluida, algo que Inception sí lograba. El arranque es tan espectacular como confuso. Nuestro protagonista pasa de una escena a otra sin que venga mucho a cuento, un arranque un tanto torpe que descoloca al espectador. Lo mismo puede decirse del final que, entre disparo y disparo, resulta demasiado complejo de entender.
Los personajes no son precisamente el punto fuerte de la obra. Del protagonista, encarnado por John Washington, no sabemos ni siquiera el nombre (!). Robert Pattison pasa por allí y habla con voz misteriosa. Kenneth Branagh encarna a un malo, muy malo, absurdamente malo ¿les he dicho ya que es muy malo? Elizabeth Debicki interpretación a una mujer que quiere mucho a su hijo (una característica que la sitúa en el mismo lugar que el 99% de las madres de este planeta). Michael Caine, que exuda carisma, hace una estupenda e intrascendente interpretación que no llega a los cinco minutos.
En resumen, TENET es una película de acción con viajes en el tiempo y argumento enrevesado. Los aciertos y errores de esta película son producto de la factoría Nolan, autor que nos demostró que es un genio y, por desgracia, se lo creyó. Aquellos a los que gustó Inception o la saga de James Bond disfrutarán con la obra.